La Contraloría detectó que funcionarios y parientes de funcionarios del Hospital de Angol fueron beneficiados con 359 cirugías, en intervenciones que no tenían una priorización ni categorización justificada.
Una auditoría al interior de dicho recinto asistencial arrojó que hay personas que se han “saltado la fila”, en desmedro de pacientes que por prolongados periodos aguardan ser intervenidos. A esta conclusión se llegó después de revisar los procedimientos del 2023, en relación con prestaciones a personas incorporadas en la lista de espera no GES.
La observación más grave e insólita es que del total de 3.324 cirugías desarrolladas en ese año, 359 -casi un 11 por ciento de ellas- fueron practicadas a funcionarios y a parientes del mismo recinto asistencial, quienes incluso en algunos casos solo aguardaron un día para entrar a pabellón. En el caso de especialidades de traumatología, el promedio regular de espera supera los 600 días.
De acuerdo con la Contraloría, todo esto ocurrió “sin que se advierta alguna circunstancia que permita fundamentar bajo qué criterios fueron categorizadas y priorizadas dichas personas y/o la existencia de los respaldos que acrediten la decisión adoptada, no permitiendo verificar que lo resuelto no vaya en desmedro de otros usuarios que pudieran tener tiempos de esperas más prolongados o que tengan mayor necesidad de atención”.
Entre otras situaciones, también se advirtió que 130 de 153 intervenciones fueron suspendidas por motivos relativos a falta de insumos, equipamientos no operativos y otras justificaciones que no tienen que ver con los pacientes.
El ente fiscalizador ordenó que el Hospital de Angol regularice todas estas situaciones y, en un plazo de 60 días, confecciones un método de priorización y selección de pacientes para cirugías electivas No GES, instrumento que actualmente no poseen.