Ocho militares en retiro fueron condenados, a penas que van desde los siete a los diez años de cárcel, por el homicidio calificado de un soldado conscripto durante 1973 en los faldeos del volcán Villarrica.
18 años tenía José Gastón Buchhorsts Fernández cuando fue asesinado, en una fecha estimada entre septiembre y noviembre de dicho año, de acuerdo con la resolución dictada por el ministro en visita para causas por derechos humanos Álvaro Mesa.
A más de cinco décadas, sentencia recayó sobre Ernesto Alejandro Flores Colimán, Rigoberto Becerra Fica, Waldo Eugenio Salinas Núñez y René Miguel Sáez Gómez, quienes recibieron una pena de 10 años y un día de presidio, en calidad de autores del crimen de lesa humanidad.
Además, un militar en retiro identificado solo con las iniciales H.W.C.R., junto con Hernán Agustín Rodríguez Leyton, Víctor Hugo Hermosilla Reinoso y Luis Edmundo Riveros Soto deberán cumplir siete años de cárcel, como coautores del crimen.
El asesinato
De acuerdo con lo acreditado en la resolución del ministro en visita, la víctima realizaba el servicio militar en el Regimiento Cazadores de Valdivia, pero tras el golpe de estado de septiembre de 1973 y por la posterior situación del país, no se presentó oportunamente en la unidad luego de terminar el permiso de salida con el que contaba.
Días después, se lee en la sentencia, Buchhorsts fue considerado como desertor y los integrantes de una patrulla “salieron en búsqueda de José Gastón, deteniéndolo en la comuna de Villarrica, trasladándolo hasta el Regimiento, siendo visto en calidad de detenido por varios de sus compañeros que también cumplían el servicio militar, observando que era custodiado por otros soldados”.
Pasaron algunos días y la víctima junto a otros conscriptos fueron enviados a Villarrica, “con el propósito de buscar armamento en el sector, pues el propio Buchhorsts habría indicado aquello, recorriendo varios sectores en los faldeos del volcán Villarrica, sin hallar lo buscado. Ante esta situación, el teniente Rodríguez ordenó al joven José Gastón excavar y cada ciertos momentos le requería que ingresara dentro de ella, ya que el propósito era hacer su propia tumba”.
“Una vez terminada, ordenó a los soldados conscriptos disparar en contra de Buchhorsts, efectuándolo todos los soldados presentes, ejecutándolo y enterrándolo en ese mismo lugar”, establece la sentencia.
Al no tener noticias de su hijo, el padre de la víctima concurrió en varias oportunidades al regimiento ubicado en Valdivia, recibiendo respuestas evasivas e, incluso, le aseguraron que había sido trasladado a otra unidad militar.
“Varios otros familiares viajaron en reiteradas oportunidades a Valdivia, entrevistándose con un fiscal militar de apellido Manterola (…), quien les señaló que a José lo habían llevado a un sector camino al volcán Villarrica, pero al intentar escapar se le habría aplicado la Ley de Fuga, siendo ejecutado en el lugar y que su cuerpo habría quedado sepultado en ese mismo sitio, no informándoles la ubicación, ni permitiéndoles buscar su cuerpo”, concluyó el ministro Mesa.
Otro antecedente tomado en cuenta en la sentencia es que, hasta la fecha, ningún funcionario de las fuerzas armadas -en ejercicio a la época- ha entregado antecedentes respecto a lo sucedido, ni tampoco se instruyeron investigaciones.
Por otro lado, en el ámbito civil, se ordenó una indemnización de $150 millones al hermano de la víctima, por concepto de daño moral.