La justicia confirmó la pena de presidio perpetuo para el exfiscal militar Alfonso Podlech y un oficial del Ejército en retiro, por los asesinatos del denominado “Caso Polvorín” en Temuco.
Se trata de los hechos ocurridos en noviembre de 1973, cuando siete personas fueron ejecutadas en el sector Isla Cautín, bajo el argumento de un supuesto asalto a un depósito de armamento del Regimiento Tucapel, el que resultó ser falso.
De acuerdo con el fallo de la Corte de Apelaciones de Temuco, las siete víctimas, cinco de ellas integrantes del Partido Comunista, fueron detenidas entre el 5 y el 7 de noviembre de ese año, siendo trasladados al recinto militar que en la época era uno de los lugares en los que se torturaba a opositores a la recién iniciada dictadura.
Los antecedentes presentes en la sentencia indican que, durante la noche del 10 de noviembre, se trasladó hasta el sector del polígono de tiro en Isla Cautín a Florentino Alberto Molina Ruiz, Juan Antonio Chávez Rivas, Víctor Hugo Valenzuela Velásquez, Juan Carlos Ruiz Mancilla, Amador Francisco Montero Mosquera, Pedro Juan Mardones Jofré y Carlos Aillañir Huenchua.
En ese punto, se lee en el fallo, “las víctimas de autos fueron amarradas a unas estacas que se encontraban allí dispuestas en hilera (…) los detenidos en esas condiciones fueron ejecutados en el lugar uno por uno y rematados mediante ráfagas de armas de fuego”.
Las condenas
Lo resuelto por la Corte de Temuco se da tras la presentación de recursos de apelación por parte de más de una veintena de condenados, contra quienes en septiembre de 2023 se había dictado el presidio perpetuo.
En esa oportunidad, esta pena recayó en contra de una serie de exefectivos del Ejército, de la Policía de Investigaciones y de Carabineros, además de Alfonso Podlech Michaud y el oficial en retiro del Ejército Manuel Abraham Vásquez Chahuán.
Luego de revisarse estas acciones legales, la corte decidió mantener el presidio perpetuo solo para estos dos últimos, en calidad de autores del delito de homicidio calificado.
Además, se resolvió sentenciar a Podlech a una pena adicional de cuatro años de cárcel, por el delito de apremios ilegítimos en perjuicio de las mismas víctimas.
Junto con esto, se determinó que Raúl Binaldo Schonherr Frías y Orlando Moreno Vásquez cumplan 12 años y seis meses de presidio como cómplices de los homicidios; y otros cuatro años por los apremios ilegítimos.
Jaime Guillermo García Covarrubias, Pablo Domingo Gran López, Romilio Osvaldo Lavín Muñoz, Carlos Eduardo Oviedo Arriagada, Raimundo Ignacio García Covarrubias, Norberto Francisco Uribe Moroni, Pedro Guillermo Manuel Tichahuer Salcedo y Juan Bautista Labraña Luvecce purgarán 12 años y seis meses de reclusión, como cómplices de los siete homicidios; más siete penas de 50 días por los apremios.
Por otra parte, a Gabriel Alfonso Dittus Marín y Manuel Rafael Campos Ceballos se les impusieron 5 años de cárcel, en calidad de encubridores de los asesinatos. Lo mismo se dictó en contra de Héctor Mauricio Villablanca Huenulao y Juan Carlos Concha Belmar, con la diferencia que se les permitió el beneficio de libertad vigilada.
Bajo esta misma modalidad y periodo de tiempo se sentenció a Arnoldo Aedo Matus, quien fue hallado culpable como cómplice de las ejecuciones.
Sergio Orlando Vallejos Garcés fue condenado a siete penas de 60 días de remisión condicional por ser encubridor de los asesinatos.
Respecto al ilícito de apremios ilegítimos, se impusieron cuatro años de libertad vigilada intensiva a Daniel San Juan Clavería, Omar Burgos Dejean y Hernán Raúl Quiroz Barra, en calidad de autores.
Libardo Hernán Schwartenski Rubio también deberá estar bajo remisión condicional, al ser sentenciado a siete penas de 60 días de prisión por dicho delito. La misma modalidad se aplicó respecto de José Raúl Inzunza Reyes, con la diferencia de que sus siete penas son por un lapso de 40 días.
Sumado a todo esto, en la arista civil la Corte de Apelaciones determinó rebajar la indemnización a las familias de las víctimas, fijándola en un total de $1.120 millones, por concepto de daño moral.